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El hecho de que los duraznos frescos solo estén en temporada algunos meses al año no significa que no puedas disfrutar de los duraznos durante todo el año. Enlatar duraznos es fácil de hacer: simplemente coloque los duraznos pelados en almíbar. Le hemos dado algunas opciones para el jarabe, pero cualquiera que elija, traerá un poco de sol brillante en el verano cuando abra un frasco en medio del invierno.
Puedes comer duraznos enlatados directamente del frasco o utilizarlos en recetas de postres y ensaladas. Una de nuestras delicias simples favoritas para los duraznos enlatados es colocar las mitades del durazno en una sartén, espolvorear con azúcar morena y cubrir con un poco de mantequilla antes de asarlas. Luego reduzca el almíbar en una sartén, agregue un poco de canela y unas palmaditas de mantequilla y disfrute con un bizcocho y helado.
Comer fruta regularmente, incluidos los duraznos, puede promover la salud del corazón.
Los duraznos pueden reducir los factores de riesgo de enfermedad cardíaca, como la presión arterial alta y los niveles de colesterol.
Además, los estudios de probeta muestran que los duraznos pueden unirse a los ácidos biliares, compuestos producidos por el hígado a partir del colesterol.
Los ácidos biliares unidos, junto con el colesterol que contienen, eventualmente se excretan a través de las heces, lo que puede ayudar a reducir los niveles de colesterol en la sangre.
Estudios adicionales en probetas y en animales encontraron que los duraznos pueden reducir los niveles de colesterol LDL total y "malo", así como los niveles de presión arterial y triglicéridos.
La investigación en ratas obesas informó además que el jugo de durazno puede reducir los niveles de la hormona angiotensina II que aumenta la presión arterial.
Si bien estos efectos parecen prometedores, se necesitan más estudios para confirmarlos en humanos
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